Frases Célebres sobre la Ociosidad

El ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización.
Bertrand Russell

El ocio representará el problema más acuciante, pues es muy dudoso que el hombre se aguante a sí mismo.
Friedrich Dürrenmatt

El sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación.
Bertrand Russell

El ocio es el padre de todos los vicios, y es el coronamiento de todas las virtudes.
Franz Kafka

Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas.
Refrán

Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad.
Friedrich Nietzsche

La ociosidad camina con lentitud, por eso todos los vicios la alcanzan.
San Agustín

La ociosidad camina con tanta lentitud, que todos los vicios la alcanzan.
Benjamin Franklin

Así corrompe el ocio al cuerpo humano, como se corrompen las aguas si están quedas.
Ovidio

El ocio es la pérdida del salario.
Francisco de Quevedo

Nada torna a la gente más desnaturalizada e insubordinada que una larga y constante ociosidad.
Stefan Zweig

La ociosidad, como el moho, desgasta mucho más rápidamente que el trabajo.
Benjamin Franklin

Una persona ociosa tienta al diablo para que la tiente.
Richard Kingston


La ciudad lacustre de Meilen



   En Meilen, Suiza, a orillas del lago de Zurich, se han encontrado vestigios de una ciudad lacustre de madera, construida por los hombres del neolítico.

   Después de haber habitado en grutas y cavernas para protegerse del frío y de los ataques por sorpresa, algunos hombres primitivos tuvieron la idea de construir refugios sobre el agua encalmada de los lagos, especialmente en Suiza, Alemania e Italia. Después de clavar estacas en el fondo lodoso, colocaban una plataforma sobre estas estacas, hecha de troncos y situada bastante por encima del nivel del agua. Sobre esta plataforma construían sus cabañas. El pueblo construido de este modo solo se comunicaba con la tierra a través de unas pasarelas o escaleras que bastaba con retirar para encontrarse aislado y a salvo de cualquier ataque o peligro. Algunos pueblos africanos habitan aún en ciudades lacustres (o palafitos).




El reloj de arena


  El reloj de arena es un pequeño instrumento que mide el tiempo.
  Afirmar que la inmensa mayoría de los relojes marcan la hora podría parecer una perogrullada. Sin embargo, no lo es, ya que algunos de ellos -los de arena, por ejemplo— en vez de marcar la hora "miden el tiempo". Como la arena que encierran los relojes de este último tipo —muy fina— cae lenta y regularmente, estos aparatos son de una precisión considerable. En la actualidad, se siguen usando para medir el tiempo de cocción de un huevo o la duración de una llamada telefónica. Sin embargo, e nuestros días, el ama de casa dispone de aparatos mas precisos: el cuentaminutos sonoro la avisa cuando ha transcurrido el tiempo de cocción y el automático detiene la cocción en el momento oportuno.